Jerome Rothenberg, ícono de la etnopoesía deleita en Bellas Artes

Imagen Jerome Rothenberg, ícono de la etnopoesía deleita en Bellas Artes

Por: Redacción xeu

El notable poeta y traductor Jerome Rothenberg es uno de los vates norteamericanos vivos más innovadores; pilar de la etnopoesía, hizo gala esta noche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en esta capital, con la lectura de su poesía y la presentación de su libro “Testigo y milagros”.

Autor de más de 60 libros publicados entre poesía, traducción y ensayo, y partidario del performance poético, el escritor estadounidense deleitó a propios y extraños al recitar parte de su poesía de sus libros: “25 caprichos a partir de Goya” y “Dibbukim" (Dybbuks).

Ante un pequeño grupo de lectores, Rothenberg dio lectura a poemas como: "Siglo XX", "Poema para la cruel memoria", "Esa tonada Dada" (en alusión al movimiento artístico de los años 20), "El éxtasis del tubo de vidrio" y "Para Hugo Ball".

Minutos antes, la escritora Myriam Moscona se refirió a “Testigo y milagro” como un libro con dos poemas de largo aliento, traducido por Javier Taboada y editado por Matadero y la Universidad Autónoma del Estado de Nuevo León.

Habló brevemente sobre la pasión del autor por la poesía y refirió que es un personaje que "abre al espacio su lengua de escritura: el inglés y otras lenguas que han incorporado": La voz dadaísta, de las tribus norteamericanas, la de María Sabina.

Lo calificó como un autor no solo de poemas memorables, sino de un universo y destacó que los poemas que trajo a México pertenecen a una corriente de su obra de un pueblo grave, roto, desnudo, más seco.

“Encuentro en estos dos poemas, una revelación como la que encontré al final del tiempo recobrado: En Busca del Tiempo Perdido de Marcel Prouts”, dijo Moscona, quien agregó que solo alguien que tiene atrás el peso del tiempo tiene la elevación, la perspectiva, al mismo tiempo, carnal y aérea de la vida de su propio pasado.

Este libro, agregó, es una celebración de la amistad, del mundo, del amor, de nuestra existencia en el universo, expresada en distintos pasajes, como una especie de plegaria laica.

“Testigo y milagros” está compuesto de poemas, versiones al inglés de idiomas europeos y dialectos amerindios, teatralizaciones, performances, adaptaciones y composiciones acústicas, apunta hacia esa otra tradición, la de la coexistencia de lenguajes que en conjunto o combinados evaden las estructuras predeterminadas, los automatismos y las reducciones de especialidad.

Partiendo de la sabiduría popular del folclor y de la innovadora experimentalidad de las vanguardias, Rothenberg aspira a resarcir la regencia de la voz primigenia, insobornable, apegada a la procuración de lo humano esencial a través de una relatoría simple, natural, cuya transparencia se vuelve quizás el mejor cáliz para destilar los misterios del aquí y el ahora, las incógnitas del cosmos y los callejones sin salida del trasmundo. 

La Etnopoesía propone escuchar y leer las poesías creadas fuera del canon occidental; estas obras no provienen necesariamente de un tiempo lejano o de personas actuales que viven de algún modo en el pasado; tampoco son poesías menos complejas que las que entendemos como occidentales o metropolitanas.

Fuente: Notimex/doh/Foto: archivo

"UNA MEDICINA QUE ME MATA"

(Poema de Jerome Rothenberg)

Soy la víctima de mi
mente. Entre más la exploro más duele.
Como todos ustedes tengo una enfermedad
que nadie puede ver.
Tomo una medicina
que me mata.
Alguien pone un dedo
sobre mi boca.
Ya no puedo esperar
a que todos mueran
dentro de mí. Al final
no hay final
del cual hablar.
La gente que más amo
me rodea
ondeando banderas.
Soy cargado por todo lo alto por ellos
un rey sin miedo.
Sólo puedo pagarlo
con desesperación
y una sonrisa
que nadie puede entender. Esta noche el futuro
se despeja brillantemente. El objetivo de esta medicina no es la salud
ni la ganancia
sino el derecho a morir.

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