Empañan dudas la primera subasta de licencias de radio en México por presuntos vínculos de fundadores y accionistas con instancias oficiales. La empresa ganadora Tecnoradio es desconocida en el sector de los medios de comunicación pues se ignora por completo su trayectoria empresarial y estructura accionarial actual.
El periódico español El País publica que autoridades mexicanas le otorgaron a Tecnoradio 37 licencias de radio, 34 en FM y tres en AM, por 270 millones de pesos, muy por encima del valor de referencia que había fijado el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), con lo cual dará servicio de radio a más de 50 ciudades de 17 Estados de México, aun cuando se desconoce si será la propia empresa la que otorgue el servicio o si rentará la licencia para que sea un tercero el que lo haga, debido a que ningún punto en los pliegues del concurso le impide hacerlo.
Informa que Carlos Lara, director general del Instituto Mexicano de la Radio fue fundador y accionista de la empresa Tecnoradio hasta hace poco tiempo, lo cual ha contribuido a incrementar las numerosas incógnitas que se ciernen sobre la primera subasta de licencias de radio en México.
En tanto destaca que los actuales representantes legales de Tecnoradio son personas completamente ajenas al sector de los medios de comunicación, pero con vínculos con instancias oficiales que han levantado las suspicacias. El caso más sobresaliente es el de su actual presidente, Eduardo Bañuelos, que también trabaja en Diamond Electronics, una empresa que se ha hecho con varias licitaciones millonarias para proveer de televisiones a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en un plan de reparto entre la población de bajos recursos.
El País subraya que la opacidad del proceso de licitación radiofónica también sitúa al propio IFT, el organismo vital para el correcto funcionamiento del sector de las telecomunicaciones en México, en el centro del huracán, al destacar: “Desde su inicio se ha informado públicamente sobre su desarrollo en al menos 17 ocasiones mediante boletines de prensa”, se ha excusado este regulador. Pero la transparencia está más en la calidad de los argumentos aportados que en la cantidad de comunicados publicados. Y, mientras el asunto no se aclare por completo, la credibilidad de un ente tan importante como el IFT –cabe recordad que en sus manos están casos de competencia tan relevantes como el de las todopoderosas América Móvil y Televisa– está en el aire. También la de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que en su día emitió una opinión favorable sobre las 167 empresas interesadas que fueron admitidas para participar en el concurso. Entre ellas, la polémica Tecnoradio.
Fuente: El País/doh/Foto: Archivo
