Vecinos de la Condesa se esfuerzan por retomar su estilo de vida

Imagen Vecinos de la Condesa se esfuerzan por retomar su estilo de vida

Las risas de algunos niños que juegan en el Parque México de la colonia Condesa, rompen con el silencio y llenan de alegría el lugar, donde todavía se percibe el luto por las víctimas del sismo del 19 de septiembre.

"Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer, supongo me lo voy a llevar a la tumba. Después del sismo el parque se llenó de gente que recaudaba víveres, de voluntarios, de jóvenes que llegaban a colaborar en cualquier actividad", indicó Ricardo Gutiérrez, un vendedor de frituras del Parque México.

Al paso de los minutos el lugar se comienza a llenar de personas que caminan junto a sus mascotas, de deportistas que buscan recobrar el ritmo de su entrenamiento que se vio interrumpido hace un mes por el movimiento telurico de 7.1 grados en la capital del país.

A pesar de que los vecinos se esfuerzan por retomar el estilo de vida que tenían hasta hace poco más de un mes, les resulta complicado, pues el tema de conversación en cada rincón se la Condesa sigue siendo el mismo de las últimas cuarto semanas, el sismo; sus estragos, el presente y el futuro de las familias afectadas.

En las calles de Amsterdam y Sonora todavía se pueden apreciar diversas viviendas acordonadas con las cintas amarillas, en señal de que el recinto tiene algún daño por el movimiento telurico de 7.1 grados.

"Fue una experiencia fuerte, que no me gustaría volver a vivir. Yo pensaba que la solidaridad ya era cuestión del siglo pasado, pero el temblor me enseñó que los mexicanos somos valientes, fuertes y unidos", recordó Ricardo.

En los lugares afectados también se observan mantas en agradecimiento a los voluntarios, y a todo México por el apoyo que recibieron. Al tiempo que piden a la comunidad abstenerse de tomar fotos a los edificios dañados por respecto a las personas que algún día habitaron el lugar.

A unos minutos del Parque México, en Alvaro Obregón, la calle que hace un mes estaba llena de voluntarios, de gente que llevaba agua, comida, medicamentos, palas, picos, guantes, hoy comienza a lucir el tránsito habitual de la zona.

Una pequeña ofrenda de flores, frente al edificio en ruinas de Alvaro Obregón número 286, rinde homenaje a las víctimas que murieron en el derrumbe.

En la calle ya no se encuentran los topos, ni los doctores dando consulta o las personas con el puño en alto. Ahora el lugar lo ocupan las maquinarias encargadas de la remoción de escombros.

A unos metros del 286, unos albañiles inician el levantamiento de una barda que se vino abajo por el sismo, que de acuerdo con los maestros de la construcción es señal de que el fenómeno natural se llevó todo lo material, pero no pudo derrumbar el ánimo y las ganas por levantar la Ciudad.

Fuente Notimex/fcf  Foto: Archivo

Editor: Redacción xeu