Rescatan pescadores indonesios a un grupo de refugiados rohingya

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Pescadores indonesios rescataron a un grupo de 76 musulmanes rohingya, que viajaba en el mar en una frágil embarcación de madera y se encontraba a la deriva desde hace nueve días, reportaron las autoridades locales.

"Atracaron voluntariamente en nuestro puerto y hemos notificado a las autoridades de migración ya la policía al respecto", indicó Muzakkar A. Gani, vicerregente de Bireuen, un distrito en la costa noreste de la isla de Sumatra, donde llegó el barco.

Ocho niños, 25 mujeres y 43 hombres fueron llevados a tierra el viernes por la tarde en Bireuen, en la provincia de Aceh, en la isla de Sumatra.

Este fue el tercer intento conocido de miembros de la minoría étnica de escapar de Myanmar por mar este mes. Varios refugiados requirieron atención médica por deshidratación y agotamiento, indicaron las autoridades locales.

Fariq Muhammad aseguró que pagó el equivalente a unos 150 dólares por un lugar en el bote que partió del estado Rakhine de Myanmar, donde una violenta represión militar contra el grupo minoritario ha desatado un éxodo de unos 700 mil refugiados hacia el vecino Bangladesh.

Los funcionarios locales y un grupo de caridad están proporcionando refugio y alimentos para los refugiados, reportó el diario Jakarta Post.

La Organización Internacional para las Migraciones dijo que envió un equipo desde su oficina de Medan en Sumatra, incluidos intérpretes de Rohingya, para ayudar a los funcionarios locales con ayuda humanitaria.

Los rohingyas, considerados como indeseables en Myanmar, un país predominantemente budista, y que les niega la ciudadanía, solían huir en forma masiva por mar cada año hasta que la seguridad en la antigua Birmania se reforzó después de que una oleada de refugiados en 2015, que causó alarma regional.

Apenas unos días antes, las autoridades malasias interceptaron un barco que transportaba a 56 personas que se cree eran refugiados rohingyas.

La salida de miembros de la comunidad rohingya comenzó el 25 de agosto de 2017 y desde entonces unas 700 mil personas han buscado amparo tras la frontera con Bangladesh, donde aún se encuentran en enormes campos de refugiados.

Varias ONG's han acusado al ejército de Myanmar de cometer todo tipo de abusos, incluidas ejecuciones, violaciones y quema de casas.

Incluso, representantes de Naciones Unidas han calificado la persecución de "genocidio", de acuerdo a los testimonios recogidos entre los supervivientes y refugiados.

El ejército ha negado los abusos y justifica el severo operativo militar como una respuesta legítima ante el asalto de militantes rohingyas a quienes cataloga de "terroristas".

Aunque en enero de 2018 reconoció un caso de asesinatos extrajudiciales de rohingyas a los que enterraron en una fosa común y por el que siete militares fueron condenados esta semana a 10 años de cárcel con trabajos forzados.

Bangladés y Birmania firmaron en noviembre un acuerdo para comenzar a repatriar a los refugiados a finales de enero, pero Daca lo suspendió a última hora ante la falta de garantías.

Las autoridades de Mayanmar no reconocen la ciudadanía a los rohingyas, a los que considera inmigrantes bengalíes, y los somete desde hace años a todo tipo de discriminaciones, incluidas restricciones a la libertad de movimientos.

Indonesia, que tiene la población musulmana más grande del mundo, generalmente acepta a los solicitantes de asilo que llegan en barco, pero tienen derechos limitados y muchos terminan pasando años en campamentos y centros de detención.

 

Fuente:Notimex/Foto:Notimex/JAC

Editor: Redacción xeu
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