Como ya es tradición en cada Jornada Mundial de la Juventud se organizan encuentros con jóvenes de diversos países, en donde por supuesto participan también los mexicanos, un momento que es esperado y anunciado con entusiasmo.
Alrededor de mil 500 peregrinos mexicanos, de entre jóvenes, sacerdotes y religiosos, se reúnen en Panamá en la Jornada Mundial de la Juventud portando playeras y banderas tricolores, abarrotando los alrededores de la parroquia Cristo Rey.
Cerca del medio día inició de manera formal el encuentro con la celebración de la Eucaristía.
Varios sacerdotes delegados de la Dimensión Episcopal Mexicana de Adolescentes y Jóvenes acompañaron a los jóvenes, algunos celebrando en la misa y otros escuchando confesiones.
El Papa Francisco llegó a Panamá para participar en la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que congregará hasta el próximo domingo a cerca de 200 mil jóvenes de unos 150 países.
De acuerdo con su agenda de trabajo en Panamá, el Papa se reunirá este jueves con el presidente Varela y los obispos centroamericanos.
El viernes, el jefe de la Iglesia Católica mantendrá un encuentro con jóvenes presos en el Centro de Cumplimiento de Menores Las Garzas de Pacora y por la tarde participará en un vía crucis con jóvenes en la cinta costera.
El sábado por la mañana, Francisco oficiará una misa, al mediodía asistirá a una comida con los jóvenes en el Seminario Mayor San José, y por la tarde hará vigilia con ellos en el Campo San Juan Pablo II Metro Park.
El domingo, el pontífice encabezará una misa a las 08:00 horas locales (13:00 GMT) en el Metro Park, más tarde visitará la Casa Hogar Buen Samaritano, que alberga a personas con VIH/Sida, y a las 16:30 horas locales (21:30 GMT) tendrá un encuentro con los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud.
Posteriormente, Francisco tendrá una ceremonia de despedida a las 18:00 horas locales (23:00 GMT) en el Aeropuerto Internacional Tocumen y partirá de regreso a Roma. Esta es la segunda visita de un pontífice a Panamá, desde la realizada por Juan Pablo II en marzo de 1983.
Fuente:CEM/Notimex/JAC
