Arquidiócesis reitera postura ante matrimonio igualitario en Veracruz; "Matrimonio es entre hombre y mujer"

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Luego de que este miércoles se diera a conocer que el Congreso del estado de Veracruz podría someter a votación del pleno diversas reformas al Código Civil, entre ellas la que permitiría el matrimonio igualitario, la Arquidiócesis de Xalapa, a través de un comunicado, sostuvo su postura de que el matrimonio es entre un hombre y una mujer.

Cabe señalar que este documento fue publicado por la Arquidiócesis el pasado 17 de marzo, sin embargo, es retomado para reiterar su posición ante la propuesta de la Diputada Mónica Robles.

A continuación, el comunicado:    

El pasado 7 de marzo de 2019, la diputada Mónica Robles de MORENA, con el apoyo de 8 diputados de su bancada, en la quinta sesión ordinaria de la Diputación Permanente, presentó una iniciativa que busca reformar 52 artículos del Código Civil de Veracruz.

Una iniciativa muy parecida, fue expuesta por la misma diputada en la misma tribuna el 28 de julio de 2016 cuando pertenecía alPartido Verde Ecologista.

La iniciativa de la diputada Robles propone modificar el concepto de matrimonio previsto en el artículo 75 del Código Civil de Veracruz que a la letra dice: “el matrimonio es la unión de un solo hombre y de una sola mujer que conviven para realizar los fines esenciales de la familia como institución social y civil”.

La diputada desea cambiar los términos para que en lugar de decir “la unión de un hombre y una mujer” diga “la unión de 2 personas”, esto para dar cabida a lo que ella llama “matrimonio” entre personas del mismo sexo.

La iniciativa Robles fue firmada por los diputados morenistas Adriana Esther Martínez Sánchez, Amado Jesús Cruz Malpica, Elizabeth Cervantes de La Cruz, Juan Javier Gómez Cazarín, Magaly Armenta Oliveros, María Esther López Callejas, Mónica Robles Barajas y Rosalinda Galindo Silva.

La Arquidiócesis de Xalapa, siendo consecuente con su naturaleza, misión y doctrina que procede de la Sagrada Escritura y de la Tradición eclesiástica enseña que el matrimonio solo puede darse entre un hombre y una mujer.

La historia y tradición de la humanidad, nos enseña que el matrimonio es una institución natural, ya que no requirió de ningún Congreso, Senado o Suprema Corte para su existencia tiene una naturaleza propia, finalidades específicas y propiedades esenciales, que una relación entre personas del mismo sexo, aunque venga reconocida civilmente, nunca podrá alcanzar. No se puede denominar matrimonio a una relación socio-asistencial, sexual o meramente afectiva.

Desde el punto de vista etimológico, el término matrimonio viene del latín (ya que fueron los romanos los que crearon dicha figura jurídica): “matris” madre/matriz y “monium” protección/cuidado que quiere decir “protección o cuidado de la madre”; ya que la mujer ha sido la educadora por excelencia a lo largo de nuestra historia y además se fundamenta en la posesión de la matriz, órgano de la mujer que permite la procreación.

Por lo tanto, si la unión de dos hombres no puede procrear y de dos mujeres tampoco, estas uniones nunca podrán ser matrimonio por evidente imposibilidad física y biológica. La posesión de una matriz y la posibilidad de fecundarla, es pues el condicionante fundamental que se da para que pueda constituirse un verdadero matrimonio, desde el punto de vista físico, biológico y etimológico.

Las personas homosexuales o lesbianas tienen todo el derecho a proteger civilmente su patrimonio y su bienestar, para ello el Estado contempla diferentes formas jurídicas.

La desaprobación y rechazo de llamar “matrimonio” a esta unión civil, no significa de ninguna manera discriminar a las personas homosexuales. Ellos merecen todo nuestro respeto porque son personas; respetamos las decisiones que tomen sobre sus vidas, les reiteramos nuestro aprecio.

La decisión de un juez que ordena a un registro civil aplicar el formato de “matrimonio” para este tipo de uniones, suena más a un caciquismo legislativo, un cambio de paradigma que responde más bien a una ideología que a los derechos humanos; ese veredicto lesiona el concepto de familia y crea malestar en la sociedad mexicana. El reconocimiento de esta unión civil como “matrimonio” va contra el bienestar público y contra el equilibrio y sano desarrollo de los niños.

La sociedad tiene un modelo de matrimonio que ha demostrado su eficacia por muchos siglos. Ninguna civilización ha impuesto el “matrimonio” homosexual. Una cosa son las prácticas sexuales de los ciudadanos y otra muy distinta la familia y la generación y educación de los hijos.

Quienes defienden esto o desean imponer el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, lo hacen por razones ideológicas de rechazo a la familia y no por razones científicas y ni siquiera de demanda social.

Hoy más que nunca necesitamos fortalecer el matrimonio y la familia que han sido siempre la principal escuela de los valores, el espacio donde uno aprende lo fundamental de la vida; El matrimonio y la familia son el hábitat natural donde se transmiten los valores humanos.

Hacemos votos para que en el Estado de Veracruz se proteja la familia, el matrimonio y la vida humana desde su concepción hasta su desenlace natural, de otra manera triunfará el caciquismo legislativo, la imposición y el deterioro de la sociedad y de los valores. ¿Quién alienta esta iniciativa en el Congreso de Veracruz? ¿No habrá otros asuntos más importantes que resolver en nuestro estado?

 

Pbro. José Manuel Suazo Reyes

Director

Oficina de Comunicación Social

Arquidiócesis de Xalapa

Editor: Redacción xeu
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